Señor director del
diario Sur:
Me dirijo a Usted con
el ruego de que publique estas ideas en su periódico, a fin de que
la sociedad se dé cuenta de que los niños y niñas necesitamos
espacios libres para jugar y relacionarnos.
Somos niños y niñas de
Rincón de la Victoria y queremos exponer nuestra situación: nos
pasamos demasiado tiempo metidos en nuestras casas o en las casas de
nuestros amigos vecinos; demasiado tiempo sentados, viendo la TV, o
jugando con juegos electrónicos, o comunicándonos con amigos a
través de internet (messenger, tuenti, facebook), cosa que no es
mala en sí, pero no puede sustituir las relaciones sociales con
personas físicas. Esto ocurre, porque no disponemos de espacios o
zonas cercanas a nuestros domicilios, donde podamos ir sin necesidad
de que nuestros padres nos tengan que llevar, donde podamos estar
jugando sin molestar a nadie, sin estar expuestos a los peligros del
tráfico de vehículos o a objetos que caigan a la carretera o
calzada.
Nuestros padres y
abuelos nos cuentan que en su época se lo pasaban muy bien jugando
en la calle a juegos tradicionales como: la comba, la rayuela, las
canicas, las chapas,el trompo, las siete y media, la petanca, el
pilla-pilla, el pañuelito, el mate, la gallinita ciega, el pollito
inglés, el poli-ladron, el elástico...y muchos más.
Estos juegos no
requieren de grandes ni costosas instalaciones difíciles de mantener
y preservar de los gamberros; lo único que necesitan es un espacio,
a ser posible con poco cemento y preservado de coches, peligros y
molestias a los vecinos. Habría que habilitar múltiples zonas
cercanas a los domicilios, que, incluso, podrían ser compartidas con
las personas mayores.
Si pudiéramos disponer
de estas zonas, tendríamos la oportunidad de relacionarnos con
bastantes más amigos y amigas, de aprender a convivir mejor, de
realizar mayor actividad física y así evitar problemas derivados
del sedentarismo como la obesidad infantil.
Gracias por su interés.
Reciba un cordial saludo.
Niños y niñas de 6º B
del CEIP Manuel Laza Palacio
Rincón de la Victoria